Una de las más bellas iglesias coloniales en Cundinamarca se encuentra en el pintoresco municipio de Sutatausa.
Tan solo 75 kilómetros separan a Bogotá de este hermoso lugar, plagado de historia y arte prehispánico.
Este destino, cuyo nombre en lengua muisca significa ‘pequeño tributo’, ofrece a los amantes del ecoturismo una experiencia enriquecedora en un entorno tranquilo y lleno de encanto.
Un lugar para encontrarse con la historia, la naturaleza y el arte
Situado en la provincia de Ubaté, Sutatausa se alza a una altitud promedio de 2.550 metros sobre el nivel del mar.
Esta elevación le confiere un clima templado, con temperaturas que oscilan entre los 9°C y 16°C, ideales para quienes buscan escapar del calor y disfrutar de un ambiente fresco y revitalizante.
El municipio está rodeado de montañas y por los imponentes farallones. Además, cuenta con varios cuerpos de agua, como ríos y lagunas, que enriquecen su paisaje natural.
El Complejo Doctrinero es una Joya entre las Iglesias Coloniales en Cundinamarca
Si eres amante de la historia y el arte no puedes dejar de visitar una de las pocas iglesias coloniales en Cundinamarca, en este caso un Templo Doctrinero, que un sigue en pie.
Posterior a la llegada de los conquistadores europeos, entre los siglos XVI y XIX, los misioneros españoles construyeron 22 complejos doctrineros en toda Colombia.
Su objetivo era transmitir la doctrina cristiana y evangelizar a las comunidades indígenas del altiplano Cundiboyacense.
En la actualidad solamente se conservan 4 complejos doctrineros, de los cuales el de Sutatausa es, sin duda, el más interesante y en mejor estado.
El Templo Doctrinero de San Juan Bautista de Sutatausa es un complejo arquitectónico, de estilo colonial, compuesto por 4 elementos:
- La plaza doctrinera
- 4 capillas posas
- La antecapilla
- La Capilla de San Juan Bautista
- Un quinto elemento, que hoy no se encuentra, era la cruz atrial, que solía estar en la plaza.
Su construcción se inició hacia el año 1642, por parte de la comunidad Franciscana. Inicialmente se erigió un templo de 47 metros de largo.
Por el año 1750 se construyeron dos capillas adicionales, una denominada del Baptisterio y la otra llamada Nuestra Señora de los Dolores.
A finales del siglo XVII se termina la capilla a la Cofradía de San Juan Bautista y en 1819 se levanta la torre del campanario del templo.
Anexa al complejo doctrinero se encuentra la antigua casa cural, que alberga un museo con objetos de incomparable valor histórico y artístico.
El descubrimiento de las pinturas del templo de San Juan Bautista
En el interior del templo también se conserva una valiosa iconografía relacionada con la Pasión y Resurrección de Cristo, la cual fue descubierta apenas en 1996 por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH).
Según los registros de recuperación, para revelar estas obras fue necesario remover cinco capas de cal.
Una vez removidas salieron a la luz ocho murales que representan el viacrucis de Jesús. Estas pinturas murales, elaboradas con pigmentos vegetales, se remontan al siglo XVII.
Se cree que estas pinturas se utilizaron como una forma de comunicar las doctrinas del catolicismo, ante la limitación de los misioneros con el idioma nativo.
En los murales se representan escenas como la oración del huerto, la última cena, el viacrucis, la flagelación, la coronación de espinas, el Ecce Hommo y la crucifixión.
En otra área del templo se encuentran pinturas de caciques indígenas, conquistadores españoles y una de la Virgen cubierta por un manto que aparenta ser de confección indígena.
Poco se sabe de las razones que llevaron a que se ocultaran estas pinturas.
Resalta, entre otras, la presencia de un confesionario que data del siglo XVII, puertas de madera de la época y techos a dos aguas.
La leyenda del “potro” escondido en el templo
Oculto entre los muros del templo de esta bella iglesia colonial se encuentra un espacio que alberga un objeto con la apariencia de un “potro”, antiguo instrumento de tortura.
Los potros fueron populares herramientas de castigo durante la época de la inquisición, utilizado con aquellos que no se convertían a la fe católica.
La pequeña cámara se encuentra en una de las capillas laterales. Es un cuarto bastante pequeño y oscuro, con una diminuta ventana con barrotes que permiten la entrada de aire y un poco de luz natural.
Este hallazgo se ha convertido en un mito, ya que no existe la certeza de que se trate realmente de un elemento de castigo.
El Museo del Patrimonio Cultural de Sutatausa
Este museo, localizado al lado del templo, en la casa cural, reposan innumerables obras de arte religioso.
Así mismo, se pueden ver campanas de la época, diferentes elementos con alto valor histórico y un armonio que data de 1846.
En los años previos a la restauración del templo, que se llevó a cabo entre 1989 y 1998, diversos objetos, algunos de la época colonial, se encontraban dispersos por el templo.
Una vez fueron halladas las pinturas murales, un equipo de restauradores y expertos decidió adaptar el espacio adyacente a la iglesia y reunir allí la totalidad de objetos.
Visitar el museo es revivir la historia a través de cada pieza exhibida. No dejes pasar la oportunidad de comprender y maravillarte con la riqueza artística y colonial de Sutatausa.